martes, 17 de enero de 2012

El otro día tuve un sueño...

Un sueño que en mis peores momentos se repite. Fue el sueño más bonito que Morfeo me ha regalado nunca. Y me destroza por dentro cada vez que logro recordar algo de ese sueño. Hubiera preferido una pesadilla. A soñar contigo de esta forma. Cierra los ojos mientras te escribo y te leo el sueño. Intenta imaginártelo. Roma. Es invierno. Se nota por la nieve que hay cuajada en el suelo. Y por el frío que en ese momento sentía. Pero es un frío que no desaparece ni cuando estoy en una temperatura alta. Es el frío de no tenerte cerca. Estoy mirando de lejos ese puente. Un puente que mucho de vosotros conoceréis. El puente Milvio, más conocido como el puente de los candados. Estoy sentada a lo lejos pensando en como sería poner un candado contigo. Y prometernos estar siempre juntas. De repente. Una silueta a lo lejos. Un color naranja resalta entre la blanca nieve. No hago caso, no puedes ser tú. ¿Por que ibas a estar tú ahí en ese preciso momento? Pero algo me hace levantarme y correr hacia esa silueta que veo a lo lejos. Cuanto más me acercaba, menos me lo creía. Freno en seco. No puedo. No puedo seguir adelante y tenerla tan cerca en un sitio como este. Decido dar media vuelta. Pero de repente algo me coge la mano. Y no me deja avanzar. Me giro, eres tú. ¿Que quieres ahora? Pienso en mi cabeza. No dices nada. Solo sonríes. ¿Porque sonríes así? Deja de hacerlo, o me perderé en tu sonrisa. Demasiado tarde. Todo empieza a dar vueltas. Y de repente, digo algo que debería haberme callado. Dos palabras. Ocho letras. Un sentimiento. "Te quiero". Dejas de sonreír. Y eso me hace reaccionar. ¡Mierda! es lo único que suena en mi mente. Vuelves a sonreír. Con una sonrisa que ni si quiera yo te había visto nunca. Me abrazas, y de repente el frío de tu ausencia desaparece. ¿Sera el amor correspondido el único capaz de deshacer el frío de la soledad? Empieza a nevar. Es increíble. Parece mágico. Me hubiera gustado estar así eternamente. Abrazada a ti, debajo de la nieve. Me sueltas. Me coges de la mano y empiezas a correr. No sé a donde vamos, pero me da igual. Vayamos donde vayamos, si es contigo, me parece el mejor plan del mundo. Te paras de golpe. Te abrazo por detrás. Noto como sonríes. Te giras. Y me besas. Si... Ese beso que he estado esperando meses. Por fin, ha llegado. Y cuando todo parecía perfecto. Cuando nada parecía que pudiera arruinar ese momento. Ese ruido que tanto odiamos. RING RING RING. Fin del sueño...